Emprender desde la Ciencia y la Tecnología


En el Foro desarrollado en Buenos Aires durante el mes de septiembre se expusieron ejemplos concretos de desarrollos de vinculación público-privada, entre los que destacó MZP Tecnología, una Empresa de Base Tecnológica (EBT) constituida a partir de tecnología CONICET.

“¿Qué podemos aprender de algunas de las principales empresas emergentes no relacionadas con las TICs?” fue uno de los plenarios del Foro. Allí participó Darío Antonio, co-fundador de MZP Tecnología que junto a Nadim Morhell y Hernán Pastoriza, investigador independiente del CONICET, crearon esta EBT localizada en Bariloche. MZP brinda soluciones innovadoras basadas en micro y nanotecnología para aplicaciones en biomedicina. Recientemente desarrollaron un microviscosímetro capilar –se encuentra en etapa pre-clínica- capaz de realizar mediciones de viscosidad de una manera rápida y sencilla.

Este tipo de empresas tienen como fin explotar nuevos productos y/o servicios a partir de resultados de investigación científica y tecnológica y son una importante vía para transferir tecnología y llevar los resultados de investigación del laboratorio a la sociedad, así como para crear empleos calificados y de calidad. En su formación participan tanto investigadores y profesionales del CONICET como emprendedores e inversores institucionales y privados que apoyan estas iniciativas.

En referencia a la cultura del emprendedurismo en la ciencia argentina, Darío Antonio sostiene que: “Está en crecimiento, aún falta que se vaya completando el ecosistema con más científicos que levanten la cabeza de la clásica carrera académica por un lado, y por el otro con empresarios que vean en la ciencia una posibilidad de crecimiento y oportunidades”. El CEO de MZP, hace hincapié en la comunicación entre el sector productivo, sus necesidades y posibilidades de apoyo, el ámbito académico científico, y el estado.

En cuanto a la importancia de la participación de EBT en este tipo de eventos, Juan Soria, director de Vinculación Tecnológica del CONICET, afirma que: “Es importante porque las vincula con potenciales inversores. En general, los proyectos que mejor han funcionado en Empresas de Base Tecnológica tienen tres patas: nuestros investigadores que tienen el conocimiento científico tecnológico, por otro lado capacidades emprendedoras, y finalmente un grupo inversor que da los recursos para la generación de la empresa. Las start – ups necesitan de diferentes etapas de inversión, por eso es importante que estén vinculadas al ecosistema emprendedor”.